Debido a la difícil accesibilidad directa – por motivos geográficos y de jurisdicción – los afectados por malas prácticas de brokers se ven indefensos y tienden a considerar – erróneamente – que para reclamar deben acudir a la jurisdicción donde esta domiciliado el operador, conforme al contrato que suscribieron con el bróker.
